La España Vaciada podría tener los días contados. O los tendría si se cumpliera el deseo de un porcentaje nada desdeñable de la población española. El 63% de las personas que buscan casa planean moverse a zonas rurales. El número es especialmente significativo entre los jóvenes entre 18 y 44 años, los más deseosos de trasladarse a vivir a un pueblo. 

Lo revela un reciente estudio elaborado por Fotocasa Research, que pone de manifiesto una tendencia. El 51% de los españoles tiene la aspiración de irse a vivir a un pueblo, frente al 47% de 2023. Se trata solo de los que buscan vivienda, pero ya es un indicativo claro de que las preferencias entre la sociedad española. 

¿A qué se debe este cambio de prioridades? A nadie se le escapa que el elevadísimo precio de la vivienda en algunas ciudades es el principal freno para atraer nuevos compradores, pero hay también otras razones. La consolidación del teletrabajo en algunas profesiones, la calidad de vida que ofrece el campo, y la voluntad de un día a día más relajado están provocando que el deseo por mudarse a la llamada España Vaciada se mantenga al alza año tras año.   

España vaciada

Zona rural sí, pero no despoblada  

Si se analiza el tipo de pueblo al que se trasladarían quienes desean mudarse a una zona rural, el 74% opta por una localidad de más de 1.000 habitantes. En el extremo opuesto, solo un 6% se decantarían por un pueblo de menos de 100 vecinos, mientras que el 21% optarían por una localidad de 100 a 1.000 habitantes.  

Entre los requisitos más demandados en este entorno rural, sobresale el hecho de estar cercano a servicios esenciales como colegios o hospitales, algo que reclaman el 74% de quienes prevén o desearían mudarse al campo. En segundo lugar (66%), resalta el disponer de conexión a internet o fibra óptica, mientras que en tercera posición (62%) aparece la proximidad a infraestructuras de transporte como autovías, ferrocarriles o autobuses.   

Es decir, los nuevos compradores buscan pueblos de más de 1.000 habitantes, con buena cobertura de Internet, cercanos a hospitales y colegios de calidad y bien comunicados. Algo que encaja perfectamente con lo que puede ofrecer Castilla y León. 

Situada en la meseta norte, la región ofrece una red de comunicaciones envidiable. Autopistas y ferrocarriles unen Madrid con la zona norte, atravesando y vertebrando la meseta castellanoyleonesa. España es el país con más autopistas y autovías de Europa (15.048 kms), por delante de Alemania (12.917 kms) y Francia (11.882 kms). Por remoto que pueda parecer un pueblo, nunca está demasiado lejos de una autopista. 

En cuanto a la calidad de sus colegios, Castilla y León destaca por su excelencia educativa. La región lidera históricamente los rankings de ciencia y matemáticas a nivel nacional y destaca por la creación de talento. Y en cuanto a conectividad, se sitúa al mismo nivel que toda España, es decir, líder destacada del continente. 

Casi cuatro de cada cinco hogares españoles con conexión de banda ancha fija utilizan una red de fibra óptica para acceder a Internet. Un dato que ha permitido a España convertirse en el primer país de Europa en tasa de penetración de fibra, superando a Islandia, líder durante los últimos años en adopción de esta tecnología. 

Con estas fortalezas, unidas a su riqueza paisajística y cultural, Castilla y León se asoma a una oportunidad única: convertirse en un polo de atracción de talento para todos aquellos a los que las ciudades –las grandes ciudades- no les resultan tan atractivas. 

Zonas rurales

Madrid, Valencia, Málaga o Barcelona han entrado una escalada de precios que no tiene visos de parar, puesto que se está viendo incrementada por la demanda internacional. La incesante llegada de nuevos capitales hace que se hable de Madrid como “el nuevo Miami”, algo seguramente positivo para su economía, pero que hace muy difícil acceder a un piso a jóvenes licenciados que quieren desarrollar allí su carrera. 

Por eso, cada vez más jóvenes emprendedores buscan en zonas rurales su hueco para desarrollar un proyecto exitoso. En Castilla y León se dan las condiciones para ello. A la ya citada excelencia de comunicaciones, educación y conectividad se suma un programa de ayudas impulsadas por las instituciones locales para desarrollar nuevas empresas o acelerar iniciativas exitosas. 

En el caso de Æver, una aceleradora enfocada específicamente en el impulso de las energías verdes, el programa de ayudas comprende ocho puntos de desarrollo. Mentorización especializada; asistencia legal; ayudas para pruebas de concepto o estudios de mercado; actuaciones de capacitación tecnológica; acciones de comunicación; red de acuerdos de colaboración; espacios de trabajo; y financiación. 

Sumado a la fortaleza de la región en energías renovables (en Europa, solamente Noruega obtiene un porcentaje mayor de producción eléctrica renovable que Castilla y León), puede ser un buen lugar para establecerse. En 2025, buscar casa puede convertirse en una titánica misión, pero nunca inabordable. Es solo cuestión de dedicarle el tiempo necesario y estudiar todas la alternativas.