Cada vez buscamos soluciones más eficientes y sostenibles para calentar nuestros hogares y negocios. Gonzalo García Iranzo es empresario y cofundador de Hotta, uno de los proyectos impulsados por la Aceleradora Vertical de Energías Verdes, Æver. En esta entrevista, nos explica cómo su innovador sistema permite aprovechar el calor generado por servidores para proporcionar calefacción y agua caliente sin coste adicional. 

Gonzalo, ¿podrías explicarnos en qué consiste exactamente la solución que ofrece Hotta? 

Por supuesto. En Hotta aprovechamos el calor residual de los servidores para reutilizarlo en sistemas de calefacción y agua caliente. Los servidores generan enormes cantidades de calor, que en la actualidad se disipa sin ningún aprovechamiento. Nuestro sistema captura ese calor y lo canaliza hacia sistemas domésticos e industriales, ofreciendo una alternativa eficiente y sostenible. 

Suena revolucionario. ¿Cuáles son los principales beneficiarios de este sistema? 

Nuestros principales clientes son empresas con grandes necesidades de calefacción y agua caliente, así como comunidades de vecinos que buscan reducir costes energéticos. Además, también ofrecemos soluciones para viviendas unifamiliares, especialmente en zonas frías donde el consumo de calefacción es más alto. 

Entonces, ¿este sistema también es viable para una vivienda individual? 

Sí, aunque en viviendas individuales el impacto es mayor cuando se trata de chalets o residencias permanentes. Hemos diseñado un modelo compacto que se puede instalar incluso en pisos, pero es en casas con mayor consumo de calefacción donde el ahorro se hace más evidente. 

Caldera servidor

Modelo eficiente Hotta

 

Mencionabas que trabajáis con comunidades de vecinos. ¿Ha sido difícil convencerlas para adoptar este sistema? 

Como cualquier decisión que implique a muchos propietarios, requiere consenso. Sin embargo, cuando les mostramos los ahorros potenciales y la mejora en eficiencia, la mayoría ve el valor inmediato. Hemos tenido casos de comunidades que han reducido sus costes de calefacción hasta en un 100%. 

Hablando de cifras, ¿cómo se traduce en ahorro para los usuarios? 

Dependiendo del sistema previo, los ahorros pueden oscilar entre el 30% y el 100%. Cuando sustituimos completamente sistemas de calefacción basados en gasóleo o gas, los usuarios pueden eliminar su factura de calefacción. 

¿Existen subvenciones para quienes opten por vuestro sistema? 

Sí, hay subvenciones tanto para particulares como para empresas. Hemos trabajado con ayudas a la eficiencia energética, reducciones en el IRPF y programas específicos para la sustitución de sistemas de calefacción basados en combustibles fósiles. Nuestros expertos asesoran a los posibles clientes sobre sus opciones reales de acceder a estas ayudas. 

¿Cuál es el potencial de expansión de este modelo? ¿Tienen planes de internacionalización? 

Actualmente estamos enfocados en el mercado español, pero ya hemos explorado oportunidades en Alemania, los países nórdicos y Estados Unidos. Son mercados muy atractivos debido a su alto consumo de calefacción y políticas de apoyo a soluciones sostenibles. 

¿Cuáles son los mayores desafíos a la hora de implantar esta tecnología? 

El principal reto es el desconocimiento. Es una tecnología novedosa y hay que hacer una gran labor de divulgación para que la gente comprenda sus beneficios. Pero una vez que mostramos los resultados y los ahorros potenciales, el interés crece rápidamente. 

¿Qué aporta un proyecto de aceleración como el de Æver a una empresa como Hotta? 

Nos está ayudando a ponernos en contacto con más empresas del sector energético que nos ayudan a seguir escalando nuestra solución y encontrando más encaje en las empresas industriales. Además, nos está dando apoyo en cuestiones muy específicas de nuestro negocio: en temas legales y en temas de financiación. 

Os definís como una empresa con sello soriano. ¿Qué fortalezas tiene hoy Castilla y León para desarrollar un proyecto empresarial? 

Con sello soriano y corazón valenciano, ya que los dos fundadores somos uno de cada sitio. Pero lo cierto es que vimos en Castilla y León una tierra donde hay muchísimas oportunidades. La acogida que hemos tenido desde el punto de vista de ayudas al emprendimiento o de facilitarnos las instalaciones es la de una tierra que nos ha dado muchísimo. 

Gracias a innovaciones como la de Hotta, la calefacción sostenible ya es una realidad. Transformar el calor residual de los servidores en confort térmico no solo permite reducir costes, sino que también contribuye a la eficiencia energética y a la reducción de emisiones.